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Desde la quietud sumergida
me enfrento al amanecer violeta de las horas
provocando con su luz dormidas confidencias.
¡No son muchos los que saben cuánta vida ocultan mis silencios¡
me enfrento al amanecer violeta de las horas
provocando con su luz dormidas confidencias.
¡No son muchos los que saben cuánta vida ocultan mis silencios¡
4 comentarios:
El naranja apartó al violeta en este amanecer de las tierras castellanas que ahora mismo veo.
En los silencios es donde más trabaja la mente.
Saludos.
A eso se le conoce como la turbulencia del silencio. Terriblemente efectiva.
Saludines
Los silencios y los sueños. Y el amanecer violeta.
Amiga, bellisimo "cuaderno" el tuyo, al que accedo por primera vez.
Un saludo, amiga
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