Jules Joseph Lefebvre 1836-1911
Imperturbable se somete a la vida:
ceder,
callar,darse por vencido,
el miedo aferrado trémulo al tiempo que se extingue.
La mente a ráfagas intransitable
arrastra apresurada esquivos reflejos
y tiraniza en celo las gastadas risas:
vacio,
incertidumbre,
inquietud ...
de perderse en ese laberinto que oculta tenaz
descentradas palabras en la memoria.
Nada más hay y todo está pendiente:
cae el telón, se deslizan con retraso las imágenes.
Detrás se siguen apenas enhebrando ideas
en silencio.
3 comentarios:
Ocaso: escueta palabra para albergar tan ruda realidad (al menos bajo el punto de vista de un humano de a pie).
Tus versos son la perfecta definición poetica a esa palabra. Genial Pilar, como siempre.
Un abrazo
El lento, pero inexorable camino a la locura, tal vez. Un bello poema. Abrazos.
Como las canciones, las poesias gustan más cuando te encuentras reflejado en ellas, esta sobre el ocaso llega justo a tocar muchos pensamientos sobre él, muy bonita, Saludos, Carlota
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