Thomas Pollock (1851-1912)
Acudo a la cita de siempre
vencida de antemano la pereza,
pero no recupero su voz ni su mirada
-que ahora tiene el color de los olvidos-
en un abrazo que no me reconoce.
Me recibe de nuevo
con el ritual de una travesía sin prisas y sin límites
en el claustro trazado por los años
cansados entre asombros estériles de dudas y recelos
con mi nombre perdido en todas sus historias trasnochadas,
imágenes errantes que irrumpen el espacio,
teñidas de silencios se disfranzan
hasta hacerse cómplices de los gestos.
Después vuelve el descanso
la soledad en fuga
las preguntas
el miedo
el no saber si habrá un mañana.
4 comentarios:
La soledad en fuga, el color de los olvidos...
Buenísimo. Un abrazo.
Una cita impostergable. Me gustó!!! Abrazos.
Hola querida Pilar ,intensos reflejos que nos llevan a la reflexión.Felicidades.
Un besazo.
Impresionante y conmovedor poema que estremece la imaginación.
Un abrazo
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