
El viento abre surcos sonoros en el aire,
alto vuela un parasol,
unas gaviotas buscan el rumbo perdido
y gritan su descontento en un cielo que no se deja ver.
Las olas se levantan enfurecidas,
pagando con sus vidas la loca carrera hasta la playa,
el Levante, indomable y caprichoso, nos visita
esta mañana y nos obsequia con revoloteos de su carácter.
Recogemos las cosas y nos marchamos….
pronto habran desaparecido nuestras huellas en la arena.
2 comentarios:
Creo que ya te lo he dicho alguna vez, es todo un placer visitar tu espacio, descubrir las muestras excelentes de arte con las que disfrutamos y, a la vez, leer esos textos siempre acertados y acordes con la obra seleccionada.
Tienes una sensibilidad especial. Gracias.
Un fuerte saludo
el mar, la playa y las gaviotas siempre serán inspiración para los poetas.
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