Francis Millet

Francis Millet

jueves, 26 de agosto de 2010

Ocaso


Jules Joseph Lefebvre 1836-1911


Imperturbable se somete a la vida:
ceder,
callar,
darse por vencido,
el miedo aferrado trémulo al tiempo que se extingue.

La mente a ráfagas intransitable
arrastra apresurada esquivos reflejos
y tiraniza en celo las gastadas risas:
vacio,
incertidumbre,
inquietud ...
de perderse en ese laberinto que oculta tenaz
descentradas palabras en la memoria.

Nada más hay y todo está pendiente:
cae el telón, se deslizan con retraso las imágenes.
Detrás se siguen apenas enhebrando ideas
en silencio.

martes, 24 de agosto de 2010

Invierno en blanco



algodón en rama,
aliento recortando el aire,
cristal empañado de caramelo,
fuego danzante y rojo en las mejillas,
y el olor alegre a doradas castañas...

jueves, 19 de agosto de 2010

Margarita



Te encuentro al amanecer
aliada al fresco aliento de los sueños.
¡Qué triste o alegre resonancia puedes dar a mi vida
cuando entre tus pétalos guardas el interrogante
si me quiere, poquito o nada.

martes, 17 de agosto de 2010

Al hilo de luna




                            Darío de Regoyos y Valdés: Claro de luna (Catedral de Burgos)


Versos de cristal y aire en el útero del tiempo,
palabras que fecundan en papel imágenes rotas.
Marineros de azules para tus hojas de lluvia
llevan besos y lágrimas con acentos de olvidos rebeldes,
madrigal que conjura hechizos y añora estrellas con descaro.
Es la voz de un paisaje de trayectos infinitos,
eclipses que seducen la luz en las miradas,
versos de cristal y aire en el sonoro ritual de los poemas.
Mientras tanto la esperanza sigue tejiendo promesas con hilos de luna.

jueves, 12 de agosto de 2010

A Francia, en un nuevo encuentro


(para todos aquellos que la tienen en su recuerdo)



Sinuosa
se entrega de azul y blanco
abrazada al verde extenso de la piel
dulce y fuerte,
levantado el vuelo sutil de la historia
que traza el camino bohemio del artista
con pinceladas de pastís y girasoles.
Brillante ocre se imagina paleta de pintor
alumbrados óleos de espacios y sonora luz
en cada raudo encuentro con la tierra en sazón
y noches rumorosas de apasionados insectos,
al tiempo que saciado de la vid
se ruboriza intensamente el campo de amapolas.