Francis Millet

Francis Millet

domingo, 8 de junio de 2014

El arte en imágenes

 


 

El arte en total no es una creación inútil de objetos que se deshacen en el vacío, sino una fuerza útil que sirve al desarrollo y a la sensibilización del alma humana.

Vasili Kandinsky, De lo espiritual en el arte.

 

Para mi propuesta de este mes he cambiado las tierras de Rubens en Vermeer por las de Pablo Picasso, Holanda por una Málaga que estos días de abril huele a incienso y a primavera y está llena de imágenes y de luz, bandas de música y cera derretida en las calles. Sin embargo, este bullicio inicial tiene también sus lugares de oasis donde encuentras otra luz y colores diferentes e igualmente imágenes que merecen una visita.

 

A unos 2500 kilómetros del Rijksmuseum de Amsterdam está la entrada al Centro Contemporáneo de Málaga. Las amplias salas de este edificio, del arquitecto Rafael Moneo, acogen las nuevas tendencias del arte desde la mitad del siglo XX. Estos días y hasta el 22 del próximo junio alberga en ellas la primera exposición en España del artista, pintor, escultor y diseñador, KAWS, Brian Donnelly, norteamericano y precursor del movimiento Arts & Toys. Son sólo seis grandes esculturas en madera tratada, de una altura aproximada de dos metros y una tonelada de peso. Estas figuras, que conocemos del mundo de los dibujos animados, como Mickey Mouse y Pinocho, tienen el toque personal del artista en los gestos y expresiones. La escultura principal, Final Days, se distingue de las demás con una altura de seis metros y un diámetro de más de tres, que con un peso de diez toneladas consigue un efecto imborrable. Tan enorme es esta escultura que ha dado problemas su instalación en el interior del museo. El traslado hasta el edificio se realizó en un trailer de 18 metros y en piezas, la cabeza pesa cinco toneladas, y se han añadido diez pilares en la planta baja para que el suelo de la sala no se venciera.

 

Fueron necesarios dos días para montar este juguete. En realidad es lo que ha hecho este artista, transformar esos juguetes infantiles en inmensas obras en madera o bronce. Según palabras del artista no importa que tengan treinta centímetros o que midan más de siete metros. Es divertido, dice KAWS, pensar que cuando trabajo en una pieza de gran formato en bronce o en madera se llame escultura, pero si hago la misma obra en pequeño tamaño y de plástico entonces se llama juguete. La verdad es que cuando visitamos la exposición nos sentimos pequeños, como niños, entre estas gigantescas figuras.

 

Cambio de lugar y de espacio, del arte contemporáneo en un edificio de los años 40 al arte africano en el barroco tardío del siglo XVIII del edificio del Palacio Episcopal. Junto a la catedral está este edificio, toda una manzana, que dedica las cinco salas de la planta baja a albergar una colección de arte africano de más de 150 piezas donadas a la diócesis malagueña por el matrimonio madrileño Alonso-Arellano. Agrupadas por temas nos muestran lo artístico y lo religioso de las diferentes culturas africanas, figuras de terracota, objetos de culto, hierro y bronce, música y danza. La exposición se completa con obras de artistas españoles contemporáneos como Luciano Díaz-Castilla, Magda Boluma, Oleaga, Carlos Cuenllar, entre otros, con clara influencia africana.

 

El Palacio tiene dos patios. El primero de ellos, en la parte pública del edificio, está rodeado de las cinco salas destinadas a la exposición y el segundo tiene el frente abierto con balcones a su alrededor en dos plantas, donde se encuentran las habitaciones privadas del prelado. En este patio podemos ver también una altísima palmera que con toda seguridad busca salir a la luz por encima de los tejados. Este pensamiento me hace desear salir de la ciudad, buscar el aire y la luz, los colores y por supuesto otras imágenes.

 

Estas imágenes las encontré en la Sierra de las Nieves, en plena serranía de Ronda, provincia de Málaga y llevan el nombre de Pinsapo, un abeto muy longevo que puede vivir hasta 400 años y alcanzar una altura de 30 metros. Para crecer necesita unas condiciones de humedad que la sierra puede ofrecerle. Con una altitud de 1900 metros aproximadamente hace que los vientos procedentes del mar descarguen su humedad en forma de lluvia y nieblas y lo mismo ocurre cuando durante el invierno está cubierta de nieve. Circunstancias ideales para estos bosques de abetos. Ahora hace calor, pero el trayecto hasta la cumbre se hace llevadero por la sombra que protege las sendas. Las únicas que buscan el sol son unas ágiles lagartijas a quienes les molesta nuestra presencia. Hay numerosas familias de pajarillos que no se dejan ver pero que anuncian con algarabía su presencia. Veo pozos, neveros, donde años atrás conservaban la nieve caída en el invierno hasta hacerse hielo, para después, en el verano, llevarla en bloques a los pueblos vecinos. Veo plantas de las que no conocía el nombre, otros árboles, el Quejigo, también centenario, encinas, alcornoques, y veo, al fondo, a un lado Ronda, pueblecitos blancos, y al otro lado el mar, tan lejos y al mismo tiempo cerca. Para mí también todo esto es arte.