Francis Millet

Francis Millet

miércoles, 27 de junio de 2012

En la hora que nos delata el silencio ...


La Templanza. Lorenzetti.Alegoría del Buen Gobierno. 1338








Es en esta hora cuando se alzan voces sin matices que nos hacen difícil olvidar el canto áspero y las aristas que hirieron la piel de nuestros años. Desde lo más pequeño de lo que fuimos nos invade una ola rota, el pasado ruidoso -poblado de dragones con mal genio y hadas con varitas mágicas desgastadas- y el presente confuso, huellas de un linaje que se resiste al desagarro. Pero  ya nada es igual y todo se diluye entre pasiones desmedidas y un atisbo de desazón y mucho de desamparo, en esa aproximación dolorosa que roza cicatrices nunca curadas completamente: es la historia de nuestros días con un epílogo que ya nos ha alcanzado.


4 comentarios:

Syr dijo...

Cuando la igualdad y el servicio mutuo (que no nacen de una supuesta sociabilidad natural, sino de una exigencia de justicia y de educación)se ausentan,el triunfo de la soberbia, de la avaricia y de la vanagloria, además de la práctica del fraude o de la traición, siguen siendo posibles.

Quizá, por eso, nunca debió sustituirse el matraz de la Templanza de ese cuadro, ni siquiera por el reloj de arena.

Saludos

Mª LUISA ARNAIZ dijo...

La primera lectura me ha dirigido a la actualidad política; la segunda hacia lo irremediable del paso del tiempo. Ninguna me ha parecido satisfactoria. Sin embargo, la elección que has hecho de la imagen me lleva a pensar que has alcanzado un grado de sabiduría del que yo carezco.
Un beso, Pilar.

ANTONIO CAMPILLO dijo...

Pilar, tu profundo pensamiento posee el regusto amargo de una pizca de rabia, dos gramos de añoranza, un kilo de terrible tiempo y tres litros de sabiduría.
Es una mezcla alquímica que puede ser muy tóxica si no apreciamos que el extraño momento presente se debe convertir en excelente futuro.
Las propiedades peculiares de los ingredientes se conocen, se saben sus propiedades individuales, se poseen las lacerantes consecuencias irreversibles que han provocado en cuerpo y espíritu con desesperante lentitud y, a pesar de ello hemos sabido inventar nuestra personal pócima contra venenos en cada momento.
No podemos callar. No podemos dejar que las toxinas se extiendan a todo nuestro ser.
Creo que tenemos la obligación para con nosotros mismos, de seguir investigando contra pócimas dañinas y uno de los ingredientes más importantes que no debemos utilizar jamás es el tiempo. A ninguno de nuestros protectores gástricos debemos añadir el tiempo. Nuestras investigaciones personales nos demostrarán que es prescindible.
Dejemos que se vaya, que se marche sin conseguir doblegarnos jamás.
Lo venceremos.
Excelente texto.

Un fuerte abrazo, querida Pîlar

Pilar Moreno Wallace dijo...

Queridos amigos, gracias por seguir mis escritos y gracias por vuestros interesantes comentarios. Reflexiono con ellos. Este pequeño texto tiene mucho del pasado, que está silenciosamente presente en nuestro camino al futuro. Cuando lo escribí, y ya hace algún tiempo, era como una especie de rebeldía luchando con ese pasado que "levanta la cabeza" de vez en cuando.
Sois muu generosos conmigo.
Un abrazo, Pilar