Francis Millet

Francis Millet

domingo, 22 de julio de 2012

Acudo a la cita de siempre



Os invito a conocer a la pintora:




 Acudo a la cita de siempre

vencida de antemano la pereza,

pero no recupero su voz ni su mirada

-que ahora tiene el color de los olvidos-

en un abrazo que no me reconoce.

Me recibe de nuevo

con el ritual de una travesía sin prisas y sin límites

en el claustro trazado por los años

cansados entre asombros estériles de dudas y recelos

con mi nombre perdido en todas sus historias trasnochadas,

imágenes errantes que irrumpen el espacio,

teñidas de silencios se disfranzan

hasta hacerse cómplices de los gestos.

Después vuelve el descanso

la soledad en fuga

las preguntas

el miedo

el no saber si habrá un mañana.

2 comentarios:

ANTONIO CAMPILLO dijo...

Los pesados años horadan la dura piedra de los claustros.
Es más fácil taladrar la suave materia del cerebro. Y también más difícil de restaurar.
La carcoma del olvido se apodera de los sentidos y amores infinitos pasados quedan en los huecos inalcanzables del dolor.
El mañana es tan traicionero como quienes destruyen lo único que pertenece al ser humano en su totalidad: sus pensamientos, sus recuerdos, su vida.
Un sentimiento de impotencia se apodera de todos los que somos conscientes de esta lenta destrucción. Lo siento, lo siento mucho.

Un fuerte abrazo, querida Pilar.

fgiucich dijo...

Citas que, muchas veces, son difíciles de cumplir. Me gustó. Abrazos.