Francis Millet

Francis Millet

sábado, 6 de febrero de 2016

Las brujas existen

http://alenarterevista.net/


Las brujas existen

 

Entre los personajes de los cuentos infantiles, hadas, duendes traviesos, gnomos de mal carácter y por supuesto dragones, existían también las brujas. Vestidas de negro, con sombreros en punta y removiendo sus pócimas en enormes calderos, tenían para mí un atractivo inexplicable. Quizás fuera el hecho de que con una simple escoba parecía que podían volar. No me daban miedo y sí mucha envidia. Mientras que otras niñas soñaban con ser princesas y hadas, con vaporosos trajes y varitas mágicas, mi único deseo era encontrar una de esas escobas y desaparecer en el aire.

 

Las primeras imágenes que conocí de las brujas me las mostraron los cuentos, Hans y Gretel, Blancanieves, La bella durmiente, algunos cuentos de los hermanos Grimm y de otras colecciones infantiles. Cuentos que, a pesar de la maldad con que dotaban a las brujas, tienen siempre un final feliz. En realidad, a las que consideraban verdaderas brujas no les estaba destinada tanta felicidad. Las supersticiones y la ignoracia de los siglos XVI y XVII, época de las grandes persecuciones, incrementado con la actuación de la Inquisición, llevaron a la hoguera a muchas mujeres que simplemente tenían el oficio de curanderas. Después de los cuentos fue Goya quien me acercó de nuevo a ellas.

 
 

Una de las primeras imágenes de las brujas, un grabado, es de 1497 de Alberto Durero, con el título de Cuatro mujeres desnudas o Cuatro brujas. Tuvo que pasar algo de tiempo hasta que a mitad del siglo XVI, en 1565, y durante un periodo de extremas detenciones y condenas de brujas, Pieter Bruegel recibió el encargo de dos diseños sobre el tema de la brujería. Coincidió también con años de malas cosechas, hambre, frío y guerras. Aceptar tal encargo suponía un riesgo, pero lo cumplió con dos satíricos dibujos, Jacobo y el mago y La caída del mago Hermógenes. Ambos comparten la atracción que me hace sentir la pintura de Jerónimo El Bosco, al que me recuerdan.

 

El museo Catherijneconvent en Utrecht dedica una exposición a las brujas de Bruegel hasta el 31 de enero del próximo año. Libros, manuscritos, dibujos, grabados, objetos y cuadros nos acercan la imagen de mujeres, hombres en mucho menor número, que sufrieron persecución y condena desde mitad del siglo XV aproximadamente. Esta imágen de lo que se suponía era una bruja, con los atributos que Bruegel le añade, la escoba, el caldero, el fuego y el gato negro, es la que conocemos en nuestros días.

 

Pieter Bruegel, parece ser que nace alrededor del año 1529 en Breda. Tampoco el lugar se sabe con exactitud, los historiadores no se ponen de acuerdo. Pasó algunos años en Italia. En 1557 regresó a Amberes hasta que se traslada a Bruselas donde se casó en 1563. Era padre de dos hijos, también pintores pintores, Pieter Breugel el Jóven, Jan Breugel el Viejo, y de una hija, María. Fue un verdadero maestro en plasmar escenas de la vida campesina a las que dotaba de humor y sutil ironía. Durante su vida y muchos años después de su muerte su obra fue copiada muchas veces. También sirvió de inspiración a muchos pintores holandeses y flamencos, que utilizaron los mismos elementos y símbolos para representar a las brujas. Cornelis Saftleven, Petrus Staverenus, Jan van der Venne. Frans Francken, David Teniers, entre otros artistas de los siglos XV y XVI, acompañan a Pieter Breugel en esta exposición.


 
Hoy día sigo creyendo en la existencia de las brujas, aunque ahora tienen una moderna identidad. Se han adaptado a los dictados de la moda, han cambiado los calderos por cocinas más avanzadas y también vuelan de una manera más segura y confortable. A pesar de esto muchas veces pienso si estas nuevas brujas son más de temer.

No hay comentarios: