Francis Millet

Francis Millet

jueves, 7 de enero de 2010

Impresiones


Deventer 6 enero 2010

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Es tan hermoso el silencio del blanco,
tan limpio,
que llega con ternura.
El color,
apenas sugerido,
deja huellas de azúcar y escarcha
en las pupilas,
y hace crecer imágenes de liviano peso
en el aire
como caricias de niebla.
Descubro en este paisaje inocente
el gélido aliento de los árboles,
y el agua quieta y sin ruidos
en breve rumor de luz que no cesa.
Mientras,
en el horizonte,
el blanco se asoma curioso
con la timidez de un niño sin prisas,
y en los jardines
hasta elfos y hadas hacen muñecos que sueñan,
y es tan hermoso,
el silencio,
con su acento de paz y nostalgias
que calla aterido el deseo
de un pincel que pueda escribirle palabras.

4 comentarios:

Diana de Méridor dijo...

ag, que bellos esos copos blancos que caen perezosamente y en silencio!
Hoy la nieve ha hecho mas ruido por aqui, porque cayó en forma de granizo. Pero tambien fue hermoso sentirlo golpear contra el cristal, como si nos llamara para que acudieramos a recibirlo y darle la bienvenida.

Feliz tarde, madame

Bisous

Narci M. Ventanas dijo...

Este poema tuyo suena mágico a los odídos de quienes vemos la nieve muy de tarde en tarde y además tenemos que desplazarnos varios kilómetros para disfrutarla.

Gracias por la imagen que nos acercas.
Besos
Narci

RosaMaría dijo...

Bello, de una gran sensibilidad y maestría al describirlo. Los ojos del corazón son como pinceladas. Un abrazo.

Anónimo dijo...

Coincido plenamente con la belleza de tu poema, versos casi mágicos, envueltos en los sueños y sensaciones de la nieve. Y la imagen conforma el acompañamiento perfecto. Gracias.

Te deseo todo lo mejor, Pilar.