Francis Millet

Francis Millet

lunes, 25 de enero de 2010

A mi hermana



James Jesuba Shannon 1862-1923
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Me estoy mirando en ti y es como si me viese reflejada en el tiempo de la infancia, en aquellos días en los que los sueños eran protagonistas de nuestras historias. Descubro en tus ojos más de lo que creí tener perdido: sentir la tibieza del invierno y el olor dulzón de higueras y membrillos en los días aterralados del verano. Intimidad compartida en juegos y risas, muñecas rotas y libros, y un sinfín de secretos en ese mundo nuestro de azules y rosas, piñatas y cañas de azúcar. Imágenes guardadas en un viejo álbum, cubierto de esa pátina que da a las hojas el roce de los dedos. Era un transcurrir lento de los años, en los que el deseo de festejar se azuzaba con promesas de regalos y el anhelo de ser mujer, mientras el uniforme gris se nos iba haciendo pequeño.


Ahora, cuando los recuerdos empiezan a serme infiel, y el pasado toma un aire desvaído, me traes en tu voz estampas en blanco y negro a la memoria: mesacamillas, braseros, trajes de organdí, cortinas de cretona, la butaca derrengada en casa de los abuelos, … en un nostálgico carrusel, hasta que, paso a paso, vuelven a quedar inmóviles aquellas siluetas en el tiempo.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Precioso cuadro el elegido para el hermos texto que dedicas a tu hermana; destila cariño en cada palabra, puede estar orgullosa de ti, Pilar.

Un abrazo.

Baruk dijo...

Dulces y sentidas palabras.

Siempre enternece recordar a quienes compartieron tu infancia.

Un abrazo para ti y para tu hermana.

Wilhemina Queen dijo...

Qué lindos los recuerdos, un hermoso texto. Pero si hasta me pareció estar allí contigo! PRECIOSO!

Un gran abrazo!

Trini Reina dijo...

Nada mejor para rememorar la infancia que el recuerdo de la compañía y la complicidad de una hermana.

Delicioso

Abrazos

Marina Filgueira dijo...

Que sencillo y al mismo tiempo... formidable- relato, lleno de recuerdos- añoranzas y anhelos de la infancia y no tanto: siendo la época que más rinde. Pues ahora, corren los días como el agua del río hacia la mar. Precioso. Un beso y se feliz.