Francis Millet

Francis Millet

miércoles, 11 de enero de 2012

Tres artistas españoles en Scheveningen

Andreu Alfaro





Arte



Cuando el
Espíritu
Se desvanece
Aparece
La
Forma.
(Charles Bukowski 1920-1994)



Cerca de La Haya, en los Países Bajos, existe un lugar que fue un pueblecito de pescadores con el difícil nombre de Scheveningen. A mitad del siglo XVIII se instaló cerca del mar una casa de baños, donde el público podía discretamente hacer uso de bañeras con instalaciones de agua fría y caliente. El interés por el aire puro y los baños de mar que empezaban a estar de moda le dieron un enorme éxito, hasta que con la llegada de principios del siglo pasado y las preferencias por los balnearios, comenzaron a construirse grandes y elegantes hoteles y un amplio paseo marítimo, convirtiéndose así en la playa de moda.

Esta costa del Mar del Norte ha estado dominada en el pasado por grandes mareas que cambiaban su fisionomía y se llevaban parte de lo construido. Además, durante la II Guerra Mundial la zona costera sirvió como línea de defensa para los alemanes. Gran parte del balneario y del antiguo pueblo quedaron en ruinas. El ejército invasor cavó trincheras y galerías de protección, las calles perdieron el pavimento y a lo largo de la costa se construyó un muro de cemento para detener el avance de los tanques aliados; esto explica las nuevas edificaciones de después de la guerra.

También de este tiempo, muy cerca de la playa y formando una unidad con las dunas en el paisaje, es el museo Beelden aan Zee. En realidad es un anexo construido al Paviljoen Von Wierd, un pabellón real de verano de 1827. En los años siguientes sufrió varias reformas, hasta que en 1994 quedó instalado el museo. Con la condición impuesta por el ayuntamiento de no ser visible por encima de las dunas, es en gran parte subterráneo, con terrazas que tampoco son visibles desde la playa ni desde el paseo marítimo. No es de extrañar que se necesite tiempo para encontrar la entrada. Sin embargo, hay mucha luz en el museo por los muchos orificios distribuidos en el techo. Beelden aan Zee es un museo dedicado exclusivamente al arte escultórico, en especial la escultura moderna internacional. La colección fue fundada por el matrimonio Theo y Lida Scholten que en 1969 compró la primera obra. Hoy día abarca unas mil esculturas, la mayoría de la segunda mitad del siglo veinte.

Hasta el 29 de enero próximo el museo expone una selección de estas obras. Hay grandes y pequeñas esculturas hechas por conocidos y desconocidos escultores de todo el mundo y realizadas con los más diferentes materiales. El hombre -la imagen del hombre- es el tema central en la exposición, que nos muestra lo divertido que es coleccionar y lo mejor del arte escultórico moderno. Obras de Armando, Stephan Balkenhof, Toni Benetton, César Baldaccini, Sorel Etrog, Mimmo Paladino, Marc Quinn, Ossip Zadkine y los hermanos Shan Zhou y Huang Zhou -entre otros- están catalogadas en cuatro temas; icono, como motivo de inspiración, fragmento, una colección de partes del cuerpo humano, material, la diversidad del material empleado, y por último la forma, que es también un criterio para la colección.

La mención especial la reservo para la presencia española en el museo. Andreu Alfaro, valenciano, escultor autodidacta. Viajó a la exposición de Arte Moderno en Bruselas y París en los años cincuenta y se sintió atraído por el vanguardismo. Después de esto hace sus primeros guaches abtractos y esculturas de alambre y aluminio. Su obra Bailarina II en hierro, dos líneas que parecen danzar en el aire tanto horizontal como vertical, representa la figura de una mujer entregada a la danza; consigue una realista y dinámica interpretación del movimiento y la elegancia. Es una de las obras expuestas que más llamó mi atención. Venancio Blanco, de Salamanca, con Segador, una escultura en bronce muy expresiva. Se da la curiosidad de que esta relativamente pequeña figura, es la primera obra que el matrimonio Scholten compró para comenzar su colección. Parece estar hecha de recortadas piezas. Otra escultura de mi predilección.

Por último, el tercero de los escultores españoles, Jaume Plensa, barcelonés, conocido por sus monumentales esculturas de hierro. Otros materiales que usa son restos metálicos, cristal, alabastro, poliéster, cemento, luz y sonido. La obra, un busto titulado Home, hierro y poliéster, muestra en el gesto de la cabeza y de la mano lo dramático de la existencia humana. Las curvas e irregularidades del material dan tambien expresividad a la figura. Jaume Plensa muestra aquí que el hierro se presta de una manera excelente para conseguir las formas humanas.

En el siglo XVI, Giorgio Vasari, -arquitecto y pintor, pero más conocido por su literatura- escribió: el escultor saca todo lo superfluo y reduce el material a la forma que existe dentro de la mente del artista. Exactamente eso han hecho los artistas que hoy visito en el museo; han moldeado lo primitivo del material hasta conseguir darle forma, utilizando diferentes técnicas, materiales y métodos como lenguaje para conectar con el público. Las superficies, los perfiles, los valores táctiles, el color, el acabado, nos transmiten sensaciones y piden comprensión. Este es el proceso creativo que conocemos con el nombre de Arte.




(publicado en el mes de diciembre en: http://alenarterevista.net/)

2 comentarios:

ANTONIO CAMPILLO dijo...

Bien, Pilar, podemos hacer un estudio de qué nombres son más difíciles de pronunciar. el nombre de la pequeña ciudad, Scheveningen, el anexo al museo, Beelden aan Zee o el propio nombre del museo, Paviljoen Von Wierd.
Como siempre, Pilar, tu artículo, magníficamente documentado, es impecable: preciso y parco, instructivo y creativo.
Me has dado pistas muy importantes para empezar a conocer a tantos artistas españoles, extrañamente, poco conocidos. Al menos para mí. Los buscaré primero a ellos y después, a la larga lista de extranjeros que también nombras.
Muchas gracias por compartir la extensa e importante cultura de tu segundo país, Holanda.

Un fuerte abrazo, Pilar.

JVC dijo...

Interesante artículo. Ese Museo será digno ver, lo anoto. Siendo yo estudiante de bachilleratom mi profesor de Filosofía definió el Arte..."El Arte es plasmar un instante de belleza para la eternidad". Todo un axioma, una certeza intelectual. Cuanto añoro a aquellos profesores-

Felicidades por el artículo. Un fuerte abrazo