Francis Millet

Francis Millet

domingo, 16 de febrero de 2014

El arte necesita su tiempo



 
 
 
 
Rijksmuseum Twenthe, Enschede (Holanda)
 
No hace mucho me reconcilié con los artistas que emplean nuevas tecnologías para crear arte. Entendí que la finalidad de este género artístico es la comunicación interactiva entre el público y las obras. La clave para un buen entendimiento es entender su lenguaje y dedicarle más tiempo. Sin embargo, esto no es tan fácil como parece y aunque Platón consideró el arte como el idioma que todas las naciones comprenden, éste tiene una gramática con tan difíciles acentos que te hacen notar algo más que confusión. Desde luego que me sentí a veces confusa, pero también interesada y asombrada al visitar la exposición de Bart Hess, artista holandés. La verdad es que fui al museo sin otros propósitos que dejarme sorprender por la obra de quien, según sus palabras, quizás forma parte de una nueva clase de artistas para la que aún no hay nombre.
 
Emile Zola escribió que el Arte es la naturaleza vista a través de un temperamento, y en el arte de este jóven artista no hay lugar a duda que hay mucho de un temperamento indagador e inquieto, que nos hace ver el carácter de sus obras más allá de los límites impuestos por reglas y tradiciones. En la entrevista concedida a la revista del museo, habla de otro posible mundo que él imagina, un mundo donde la técnica hace fundir juntos cuerpos y objetos y donde lo humano y lo animal se mezclan creando nueva vida, siendo la naturaleza y la técnica su fuente de inspiración. Bart Hess experimenta con el material que emplea, consiguiendo los más extremos resultados. Una de sus obras expuestas es un tapíz hecho con 20 kgs. de alfileres, algo verdaderamente espectacular. Desde lejos parece un tejido suave, que puedes acariciar, pero si te acercas te das cuenta de que no va a ser muy agradable rozarlo con la mano.
 
Algo instintivo en él, según sus palabras, es indagar el cuerpo humano. Sus creaciones determinan la relación entre el cuerpo y los materiales, pero es el cuerpo el que hace que el material se exprese. Desde esta perspectiva hay que buscar lo lógico en su trabajo. Latex, plástico, goma de mascar, metal, tejidos, son, entre otros materiales, sus herramientas de trabajo. Su especial manera de manipular y fundir los materiales con la piel humana da resultados extraordinarios. Prueba de ello es el conocido traje realizado para Lady Gaga, Slime Dress, en un material viscoso y resbaladizo, que se adaptaba al cuerpo de la artista marcando su silueta. Otra de sus creaciones son unos zapatos negros que hacen sentir la realidad de que estás ante un ser vivo. No son zapatos de quitar y poner sino que crecen con el cuerpo y forman parte de él,  y al igual que éste respiran y palpitan, tienen vida. El material, silicona y plástico, ha sido manipulado hasta conseguir el aspecto de la piel de un animal que no podemos identificar. Francamente inquietante.
 
Bart Hess define a sus obras como enérgicas y expresivas, aunque también confiesa que tienen en ocasiones su lado oscuro y asfixiante. No sé si habrá un nombre para este género de arte, tampoco el artista lo conoce, pero de lo que no hay duda es que lo que él hace nos acerca a un futuro sugestivo de fantasía, que nos desconcierta y atrae, pero que no deja a nadie indiferente. Será necesario tiempo para llegar a entenderlo completamente.
 
 
 

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